lunes, 5 de julio de 2010

¿El Chile de Pinochet o la "nueva Euskadi democrática" del socialista López?

¡Para que luego hablen de la violencia de los piquetes! Esto pasó el otro día, en la huelga general que convocó en Euskadi la mayoría sindical vasca (todos menos la UGT).


domingo, 4 de julio de 2010

Para qué sirven los sindicatos o los tiempos de Dürrenmatt

Al margen de las críticas fundadas que pueden hacerse a los sindicatos mayoritarios por su política sin duda complaciente y pactista, ya no solo durante la crisis, sino a lo largo de toda la sacrosanta Transición (siendo uno de los vectores sociales que contribuyeron a la consagración de un modelo político y social decepcionantemente reaccionario que nada tenía que ver con los presupuestos intencionales de partida de la izquierda mayoritaria del Estado español, allá en los lejanos setenta), es evidente que se está instalando un clima de histerismo antisindical que nada tiene que ver con estas consideraciones sino que trata de cuestionar su utilidad, su propia razón de ser e, incluso, su ¡carácter democrático! desde posiciones ultraconservadoras. Que ese discurso de la derechona está calando en capas cada vez más amplias de la sociedad (lo mismo que su acendrado nacionalismo español, en estos días de mundial de fútbol tan virulentamente visible en su rojigualda esplendor), puedo atestiguarlo yo mismo a través de comentarios de compañeros de trabajo en principio alejados de tales territorios ideológicos. Frente a este tsunami ultraliberal que amenaza con arrasar conquistas que considerábamos aseguradas, solo cabe evitar dar pasos atrás y defender con uñas y dientes (como en aquella película de Paulino Viota, también de los -lamentablemente, por lo menos en el retroceso de determinadas coordenadas discursivas- remotos setenta) las posiciones ganadas.
Sirva esta encendida soflama de prólogo a un vídeo que he encontrado por ahí; es australiano y podríamos decir que pacatamente socialdemócrata, pero en estos tiempos de miseria, hasta un auténtico socialdemócrata (tipo el profesor Viçenc Navarro, para entendernos) suena casi revolucionario. Es imposible no acabar con aquel dictum de Dürrenmat, tantas veces repetido (y más que se repetirá): "¡Qué tiempos estos en los que hay que luchar por lo que es evidente....!"