miércoles, 20 de octubre de 2010

Poema

Hace ya dos años que escribí una gavilla de poemas que solo algún que otro amigo ha leído. Este que recojo en el blog siempre me ha gustado especialmente; si no otra virtud, no habrá de negársele la brevedad y, me atrevería a decir, una cierta transparencia "japonesa". Hasta ahora, creo, lo habían leído dos personas. Calculo que a partir de este momento seguirán siendo aproximadamente las mismas.

El viento ha sabido destejer esta
memoria, limpiar
la minuciosa herrumbre del engaño.
En la tarde ciega se borra
como un rocío culpable.

Este rastro de sombras.

Vibran las hojas con dolor manso
y la muerte
lame la corteza del cerezo.
Ya pronto empezará
la desnuda ceremonia del frío.