lunes, 2 de junio de 2014

Casa de citas ("The Immigrant" de James Gray)




«En “The Immigrant” de James Gray se reescribe el melodrama clásico con la influencia determinante de Griffith y sus figuras y situaciones más reconocibles (pulsión sacrificial, camino de redención, catarsis confesional…), por lo que no es de extrañar que con esos mimbres muchos tengan la tentación de etiquetarlo superficialmente de neoclásico o reaccionario. Hay, sin embargo, una intensidad en su dramaturgia formal que retiene las huellas de un exceso y un desbordamiento y termina traspasando los límites de ese imaginario formalista y nostálgico en que pudiera querer confinárselo. En este sentido, la ejecución interpretativa, el cuerpo siempre en tensión, excesivo, de Joaquin Phoenix –en un precario (des)equilibrio entre opacidad, erupción violenta y extraña ternura mórbida- es la encarnación perfecta de esa poética paradójica donde la suntuosa liturgia escénica deviene finalmente la máscara tirante e inestable de las convulsiones de lo real. [...]



El abigarramiento formal y semántico del plano de clausura es legible en múltiples direcciones: la simetría compositiva que conjura el antitético destino de los no-amantes, la duplicidad de un encuadre que es a la vez (estrecha) apertura liberadora y opresivo reflejo especular, la densidad temporal convocada desde la incertidumbre de un presente en sombras, la superficie del plano como espacio liminar entre trayectos y tiempos divergentes, entre el deseo cumplido y la deflación anímica de la derrota… Sin duda, la cualidad definitoria de su pregnancia es la de una suerte de celebración melancólica: daguerrotipo o lámina desvaída en la que se invoca por última vez a unos personajes exhaustos y suspensos en el limbo indeciso de la memoria.»

Xavier R. Vasco, (Des)composiciones neoclásicas