lunes, 30 de mayo de 2011

"Le Orme" de Luigi Bazzoni

Veinte años después de una primera visión, la experiencia vuelve a ser perturbadora y fascinante. El tiempo no ha erosionado la hermética apariencia ni el denso misterio que revistieron, en el momento de su estreno, su condición de extraño aerolito aterrizado en el estabulado territorio del cine de género italiano. Aunque contiene elementos de ciencia-ficción, estos solo funcionan como correlato objetivo de la fuga psicogénica de la protagonista, una incrustación alucinatoria en un entramado más cercano a una suerte de giallo metafísico, existencialista y depurado de toda adherencia gore. Formalizado a partir de geometrías espaciales cuya soledad escénica y surreal las aproxima a Giorgio de Chirico y de una atmósfera narrativa misteriosa y onírica que parece decantada de los más inquietantes relatos de Bioy Casares, Le Orme acierta a dar (tenso y angustioso) cuerpo dramático a la fractura psíquica de la amnésica y desorientada protagonista, una Florinda Bolkan que pasea su figura descarnada por unos escenarios, tanto interiores como exteriores, unificados bajo el signo inalterable de la desolación. Memorable.


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